Praza da muralla medieval de Manzaneda

Descripción del proyecto

Una de las primeras referencias a la fortaleza de la villa de Manzaneda aparece en 1362, en el contexto de refuerzo de las plazas fuertes propiedad de la Casa de Lemos, que sufrirían en el siglo siguiente los envites de las Revoltas Irmandiñas.

Adosadas a la muralla se construyeron edificaciones que la usan cómo medianera, aprovechando la coronación como terraza, cuando no la rebajan o la eliminan por completo. El lienzo de la muralla en este tramo es lo de mayor longitud de los que se conservan. Con el paso del tiempo se encontraba oculto por la vegetación.

El proyecto surge con la idea de la conservación y el mantenimiento del carácter de ruina histórica de esta zona de la muralla medieval de Manzaneda, permitiendo así una lectura clara del pasado en contraste con otras zonas reconstruidas.

Por otra parte, se completa la actuación creando un espacio público que además de fomentar el ocio y el encuentro permita una visión cercana de la muralla que ayude a su interpretación

Manzaneda en la edad media
Manzaneda en la actualidad

Conservación y arqueología

El proyecto incluye tareas de conservación de la muralla que abarcan la limpieza de su superficie y la consolidación del corte este. No se plantea la reconstrucción en ningún punto ya que se busca la puesta en valor de la muralla como ruina histórica. Se realizó la limpieza de la vegetación que la cubre con cepillo de cerdas vegetales, preservando de este modo la composición original de los muros de la muralla.

Durante la obra se realizó un estudio arqueológico de su cimentación, a cargo de Eduardo Breogán Nieto de Breogán Arqueoloxía, que aclara datos sobre la existencia del foso y la cota original de la parcela, haciendo un diagnostico del estado actual de la muralla en este tramo.

Sección de la muralla medieval de Manzaneda
Control arqueológico

Plaza

La plaza se situa en el contexto de los huertos de extramuros que rodean la muralla, testigos vivos del recorrido histórico desde lo S.XIII hasta nuestros días. Dentro de la plaza se crean tres espacios.

La franja junto a muralla, llamada canella. En ella se desarrolló una solución que evacua el agua hacia plaza, evitando que penetre hacia cimentación de la muralla. En la superficie siembra hierba, en continuidad con otros puntos del perímetro de la muralla, consiguiendo además una separación de respeto entre lo visitante y la muralla.

La zona central es el espacio más amplio de la plaza. Permite una visión del conjunto. Se prolonga paralela a la acera generando un recurrido accesible. Se pavimentó con hormigón blanco con una serie de hendiduras en las que crece la hierba, para relacionar la plaza con las huertas colindantes.

Al oeste se sitúa una zona de descanso, con bancos y un panel interpretativo con información. Está pavimentada con madera IPE colocada siguiendo la línea de la muralla.

Tras su construcción fue bautizada como la Praza dos Cuchufellos como homenaje al grupo musical formado en Manzaneda en los años noventa del pasado siglo.

Antes vs después

Galería de proyecto